El aire acondicionado se ha convertido en un aliado indispensable en cualquier hogar, especialmente en algunas zonas geográficas y en épocas de calor intenso. Ante la llegada del verano, es común que nos preguntemos cuánto gasta un aire acondicionado y cómo repercute su consumo energético en nuestra factura. Esta información dependerá de diferentes variables que te explicamos a continuación.
¿Son iguales todos los aires acondicionados? ¿Cuántos tipos hay y en qué se diferencian?
El aire acondicionado ha experimentado una gran evolución desde sus inicios. Hoy en día, el mercado ofrece una amplia variedad de opciones y tecnologías adaptadas a cada necesidad concreta. En la actualidad, por lo general, todos los aparatos de aire acondicionado tienen en común el objetivo de optimizar su eficiencia energética, aunque el gasto asociado varía ligeramente entre diferentes modelos.
Aunque existen otros tipos, podemos separarlos en dos principales grupos: sistemas de aire acondicionado fijos o portátiles. Hoy en día, el tipo de aire acondicionado fijo más utilizado en la mayoría de hogares y locales es el Split. Este sistema extrae el aire caliente desde el interior del habitáculo hacia el exterior, por lo que al instalarlo es necesario conectar una salida de aire en la vivienda. Las principales ventajas del Split son su eficiencia energética, su amplia potencia y el poco ruido que produce. También cabe destacar que cada vez son más estéticos para integrarse en la decoración de la casa.
Como hemos mencionado, en el mercado también podemos encontrar modelos de aire acondicionado de tipo portátil. Estos modelos, a pesar de no requerir instalación y de su versatilidad por ser móviles, cuentan con un consumo energético generalmente más alto, son menos silenciosos y ocupan más espacio.
¿Cómo se mide el gasto de un aire acondicionado?
Para calcular el consumo de un aparato eléctrico debemos tener en cuenta la potencia eléctrica. Su cifra se indica en vatios (W). El rango normal para los dispositivos domésticos se sitúa entre los 500 W y los 1500 W1 dependiendo de la intensidad a la que funcionen. Puedes consultar la potencia de tu aparato en su ficha técnica.
El consumo en la factura eléctrica viene expresado en kilovatios por hora (kWh). Por lo tanto, hay que dividir la potencia eléctrica entre 1000. De esta manera, podemos concluir que, de manera general, el gasto del aire acondicionado durante una hora podrá oscilar entre un mínimo de 0,5 kWh y un máximo de 1,5 kWh.
Utilizando este dato como ejemplo, lo primero que debemos hacer es calcular la media entre la potencia mínima (0,5 kWh) y la máxima (1,5 kWh) dando en este ejemplo como resultado 1 kW/h.
Para el siguiente paso, deberemos tener en cuenta el precio del kWh. Aunque este dato es muy variable, para ejemplificar el gasto del aire acondicionado, tomaremos como dato un coste medio de 0,30 €2 por kWh, es decir, el coste por cada hora en funcionamiento.
Otro condicionante es el número de horas al día que el aparato está encendido. Por ejemplo, si está trabajando durante 5 horas al día aproximadamente, el resultado sería el siguiente:
- 5 horas x 30 días (1 mes) = 150 horas al mes
- 150 horas x 1 kWh = 150 kWh al mes
- 150 kWh x 0,30 € kWh = 45 € de consumo mensual aproximadamente
En resumen, para saber cuánto gasta un aire acondicionado, debemos consultar su ficha técnica, calcular el promedio de su potencia, el tiempo que estará encendido y el precio del kWh. Con estos datos se podrá obtener un dato aproximado del gasto mensual que genera nuestro aparato.
¿Existen otros factores a tener en cuenta en el gasto del aire acondicionado?
Por supuesto. Además del tipo de aparato, la potencia, el tiempo que se use y el precio del kWh, el gasto energético del aire acondicionado varía en función de otros factores clave. Entre los más importantes destacan:
- El clima de la zona geográfica donde se encuentra y el aislamiento de la estancia. Mientras más cálido es el ambiente, mayor será el consumo de electricidad.
- El tamaño y las condiciones de la estancia que deseamos enfriar (metros cuadrados, nivel de humedad, número de personas que están en el interior o, incluso, el tipo de mobiliario que tiene.
- Clasificación de eficiencia energética: seguro que ya estás familiarizado con esta clasificación que incluye la etiqueta del producto y que va desde la más eficiente (A+++) a la menos eficiente (A) aunque esta clasificación puede llegar hasta la G.
- Prestaciones y funcionalidades extra: como la tecnología inverter, el modo eco o los programas inteligentes de encendido y apagado, que permiten ahorrar en el gasto de energía optimizando la cantidad de frío y el tiempo en el que trabajan.
- Tipo de tarifa de luz contratada y sus condiciones.
¿Cómo podemos reducir el gasto de un aire acondicionado en el hogar?
Teniendo en cuenta toda esta información, podemos decidirnos por aquel aparato que mejor se adapte a nuestras necesidades y también adquirir una serie de hábitos de consumo que resulten responsables tanto con el medioambiente como con la economía familiar.
Sin embargo, hay un aspecto clave y fundamental para optimizar el consumo de tu aire acondicionado: elegir la tarifa de luz que mejor se adapte a tus necesidades. Escoger la tarifa perfecta entre todas las opciones puede parecer complicado pero en Plenitude te lo ponemos muy fácil. ¿Conoces nuestra Tarifa Fácil? Es la tarifa con el mejor precio fijo por kWh que tenemos.
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